jueves, 24 de diciembre de 2009

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

Jehová, no me reprendas en tu furor,
Ni me castigues en tu ira.

Porque tus saetas cayeron sobre mí,
Y sobre mí ha descendido tu mano.

Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira;
Ni hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado.

Estoy debilitado y molido en gran manera;
Gimo a causa de la conmoción de mi corazón.

Señor, delante de ti están todos mis deseos,
Y mi suspiro no te es oculto.

Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor,
Y aun la luz de mis ojos me falta ya.

No me desampares, oh Jehová;
Dios mío, no te alejes de mí.

Apresúrate a ayudarme,
Oh Señor, mi salvación.






Pacientemente esperé a Jehová,
Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.

Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.

Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios.
Verán esto muchos, y temerán,
Y confiarán en Jehová.


AMEN.. ESPERARE EN TI MI SEÑOR PLENAMENTE CONVENSIDO DE QUE ME AMAS Y ESPERARE CON TEMOR EN TU MISERICORDIA.

AMEN



Palabra de:
Salmos
40:1-3
38:1-3
38:8-10
38:21-22

No hay comentarios: